¿Un nuevo tipo de donante?

Traemos las principales ideas sobre un nuevo modelo de filantropía propuesto por Kramer

El post de hoy es un resumen del artículo de Kramer titulado Catalytic Philanthropy publicado en Standford Social Innovation Review en 2009. Aunque el texto tiene unos años, propone algunas claves para un nuevo enfoque de la filantropía que aún no es común en España.

El artículo parte de una realidad que, a día de hoy, es habitual en España: la filantropía y la mayor parte de la acción social empresarial consisten principalmente en seleccionar qué ONG apoyar y delegar en estas entidades sociales todas las responsabilidades de concebir e implementar soluciones a los problemas sociales.

Según el artículo, es muy difícil que este modelo alcance una amplia escala porque incluso las grandes ONG suelen trabajar de manera aislada y su sostenibilidad es una de sus prioridades. Este modelo convencional funciona bien a escala limitada, y logra impactos en un momento y espacio concretos pero es poco probable que genere cambios sistémicos. Kramer propone cuatro líneas de acción para avanzar hacia una acción social que califica como catalítica:

1. Asumir la responsabilidad de lograr resultados. Consiste en ir un paso más allá de la donación. Es frecuente que este paso se dé cuando el donante tiene una implicación personal en la causa. Estos donantes implicados adquieren un profundo conocimiento sobre el problema social y, en ocasiones, incluso crean una nueva ONG. En cualquier caso, se deja de pensar qué ONG apoyar y se empieza a pensar en cómo contribuir a solucionar el problema: fijarse objetivos e identificar un modelo de intervención adecuado.

No es necesario crear una nueva organización sino asumir un rol más activo en la solución del problema: lograr recursos, movilizar relaciones, replicar proyectos exitosos, influir en la administración pública, coordinarse con otras ONG…

2. Generar una campaña. Los donantes, empresas o personas, no pueden catalizar el cambio social trabajando en solitario o imponiendo su solución sino que deben escuchar y trabajar con otros. En muchas ocasiones, los obstáculos al cambio no surgen porque se desconozcan las soluciones sino por actividades descoordinadas o conflictos en los incentivos de los diferentes grupos de interés.

Esta nueva filantropía pasa por estimular las colaboraciones intersectoriales y movilizar a todos los grupos de interés implicados para generar soluciones compartidas que aprovechen todos los recursos disponibles y coordinen sus objetivos. Movilizar y coordinar a otros agentes es más lioso y lento que emitir un cheque pero su impacto es mayor.

3. Usar todas las herramientas disponibles. Tanto las herramientas habituales del sector no lucrativo como las del sector empresarial. Del sector lucrativo menciona la implicación de los empleados de las empresas en tareas de mentoring, voluntariado, asesoría a entidades sociales… También animan a la donación de bienes o tecnología y al desarrollo de nuevos modelos de inversión social. Otras herramientas útiles tienen que ver con la incidencia pública, las demandas judiciales o el lobby.

4. Crear conocimiento aprovechable. La mayoría de los donantes centran sus consultas en el programa que están financiando sin investigar el problema social de una manera más amplia. Este nuevo modelo genera conocimiento sobre la causa social que se aborda para utilizarlo en las acciones propias y también en las de otros.

Este conocimiento aprovechable requiere datos pero también un atractivo emocional que capture la atención de la gente y recomendaciones prácticas que inspiren a otros a movilizarse. Otra posibilidad de este conocimiento aprovechable es que incida en las políticas de gasto público.

Kramer reconoce que este modelo de filantropía no es apropiado para todos los donantes porque requiere más tiempo y recursos que apoyar a una ONG pero sí puede haber fundaciones corporativas, departamentos de acción social o grandes donantes particulares que pueden dar un paso hacia este nuevo modelo de filantropía.

Estas claves pueden inspirar cambios en los patrones de decisión de los grandes donantes e impulsar modelos de donaciones más ambiciosos, con mayor implicación y con más impacto.

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